En estos días cumplo
25 años trabajando en NSA, la empresa en la que me siento como parte de una
gran familia, en la que he crecido personal y profesionalmente durante estos
años.
Reflexionando sobre todo este tiempo transcurrido -y no por
deformación profesional- me pareció bueno hacer un balance de las experiencias
y aprendizajes, con los que he podido enriquecerme en este tiempo -que no son
pocos-.
Creo que uno de los primeros aspectos importantes es haberme
sentido en una gran familia, en primer lugar por cómo las dos familias de
accionistas me hicieron sentir parte de sus familias -siendo Director no
familiar-, y también por el espíritu de familia que se vive en la empresa, donde
compartimos logros, alegrías, preocupaciones y momentos difíciles.
En este camino recorrido participaron muchas personas, algunos más
cercanos, otros no tanto; algunos compartiendo equipos de trabajo, otros
compartiendo tareas ocasionales; algunos transmitiendo sus conocimientos y
experiencias, otros aportando desde su juventud y sus ganas de aprender;
algunos compartiendo el trabajo, otros compartiendo sus inquietudes y sus
cuestionamientos; pero entre todos fueron haciendo posible este proceso.
Podría hacer una larga lista dando los nombres de todos los que de una u otra manera influyeron en mí en este tiempo, y seguramente correría el riesgo de omitir algún nombre, es por eso que sólo voy a mencionar a dos personas que entre tantos tuvieron una influencia significativa en este tiempo, y que ya no están físicamente entre nosotros, pero si en nuestro recuerdo permanente: Don Ricardo -ejemplo de vida- y Fernando -compañero de cada día-; en ellos va mi reconocimiento y agradecimiento a todos los que me han acompañado y a los que me siguen acompañando en este camino.
Este ha sido un tiempo de experiencias y aprendizajes, en el que siempre traté de dar lo mejor de mí, por supuesto que con todos mis errores y también con mis aciertos, en que traté de aplicar mis conocimientos, pero también de escuchar a los demás, no sólo a los que tenían más conocimientos y experiencia, sino también a cada uno de los que aportaban desde su intuición y sus inquietudes, y a los que lo hacían desde sus cuestionamientos; pero la resultante creadora de este proceso ha sido muy fecunda para mí.
Hemos disfrutado los buenos momentos, emprendido nuevos proyectos,
analizando oportunidades que no se han podido concretar; pero también hemos
superado momentos difíciles tanto en ámbito personal como empresarial, en
especial hemos podido salir adelante de la crisis de la pandemia, que nos
sacudió fuertemente, pero pudimos reestructurarnos y salir adelante, en un
proceso muy duro, en el que obtuvimos muchas experiencias y aprendizajes.
Siempre se puede hacer más y siempre se puede hacer mejor, pero en este tiempo siempre procuré aportar mi granito de arena a la empresa, a los accionistas y directores, a los colaboradores, y también a clientes y proveedores, en la medida en que ha estado a mi alcance.
Es tiempo también de dar gracias, en primer lugar a Dios por esta
oportunidad, a mi familia que me acompañó en este desafío y a todos los que
hicieron posible ser parte de la Familia NSA, y vivir este tiempo tan
enriquecedor de experiencia y aprendizaje.
Mi compromiso, que renuevo cada día, es seguir
aportando lo mejor de mí, en lo personal y en lo profesional, siendo parte del
equipo, como desde el primer día, pero enriquecido por estos 25 años de
experiencia y aprendizaje.
lmdp-ap-01102022
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